La vida tiene una impresionante manera de establecer el equilibrio entre las rosas que te regala y la mierda que te tira.
Pueden ser lapsos de días, meses o años, pero siempre son lapsos que pueden, o no, marcar nuestras vidas.
Pero, ¿cómo jugar con la vida y engañarla para que siempre te envíe rosas? Muchos dirán:
Ø “Sigue ‘El Secreto: La ley de la Atracción’” (Adictos a la autoayuda)
Ø “Pues es inevitable. No luches contra la vida” (Conformistas conformes)
Ø “Siempre hay maneras de pasarle la mierda a alguien” (Adictos al locus de control externo)
Ø “Pues rézale mucho a (coloque a su dios aquí), que ese siempre te ayuda” (Fanáticos religiosos)
No creo que haya manera de engañar a la sabia masa incorpórea, difusa, esquiva y luminosa que llamamos SER SUPERIOR o DESTINO, pero tampoco creo que sea necesario engañarla. En lo absoluto.
Creo que siempre existe la posibilidad de convertir la mierda en energía, porque si lo hacen los israelíes ¿por qué yo no?
También yo podría caer en una de mis clasificaciones: “obcecada optimista” o “ilusa inconformista”, pero no hay mejor forma de tomar las cosas malas que tiene la vida que dándoles la vuelta y volviéndolas a tu favor.
No hay nada más divertido que tomarse algunas cosas como un reto. Y los retos difíciles son los que dan más satisfacción.
DATO: Cuando prendas un bombillo en Israel, agradécele a la vaca que te estás cenando.